El cuarzo hialino y el arte transparente


El cuarzo hialino, también llamado cristal de roca, es, junto con el cuarzo lechoso una de las variedades más comunes de cuarzo. El nombre de cuarzo proviene de la palabra griega “kristallos”, que significa hielo, porque en la antigüedad se creía que era hielo petrificado, agua congelada tan intensamente que ya no se podía descongelar. Esta idea perduró hasta el s. XVII.

Los antiguos egipcios utilizaban el cristal de roca para realizar los ojos de las estatuas. Los romanos lo usaban para tallar sellos y objetos de valor. Se decía que a Nerón le gustaba leer pasajes de La Iliada tallados sobre cuarzo hialino. Los persas creían que se podía predecir el futuro observando espejos de cuarzo incoloro. Las bolas de cristal de los magos modernos también son de cuarzo hialino.


Una de las facetas menos conocidas del cuarzo hialino es la de su uso para crear piezas de arte.

En la segunda mitad del siglo XVI destacó en la ciudad de Milán el llamado “arte transparente”. La creación de unas determinadas piezas de arte que por  su valor artístico y material, se destinaron únicamente a colecciones que solo los soberanos o miembros de la alta nobleza europea podían permitirse. De esta manera, la posesión de este tipo de pieza, no solo era por amor al arte o al coleccionismo, si no que se convirtió en un símbolo de poder y fastuosidad, así como la expresión de posesión de supuestas propiedades mágicas.

Además, la delicadeza de sus formas, trazados, remates, los hace más únicos si cabe. El trabajo sobre el cristal de roca no admite rectificaciones, por ello, a los artistas que realizaban estas piezas, se les atribuye una habilidad extrema. Para ocultar las costuras entre las partes unidas, empleaban metales, perlas, piedras preciosas, y algunos acabados eran tan delicados y minúsculos, que se piensa que tenían que ser hechos por niños. En el taller colaboraba toda la familia para poder dar a sus piezas talladas en cuarzo ese acabado tan fino y perfecto. 


La fastuosidad (y el precio) de este tipo de arte era tal, que sus piezas se destinaban casi en exclusiva, a las grandes solemnidades como los banquetes reales.

Existen dos obras maestras de arte creadas con cuarzo hialino. Una Crucifixión expuesta en el Museo Británico de Londres y La historia de la vida de Cristo, un cofre de cristal  de roca montado en plata dorada, realizada en 1532 y conservada en el Museo degli Argenti de Florencia, perteneciente éste a una de las colecciones históricas de los Médicis. 



Además de esas obras fundamentales, existen otras colecciones privadas, como la conocida como  Tesoro del Delfín, perteneciente al Gran Delfín Luis de Francia, hijo de Luis XIV y heredada en parte por el rey Felipe V.

En el año 2015-2016, el Museo del Prado de Madrid albergó una exposición sobre las dos colecciones más famosas de este arte, la de los Médicis y el Tesoro del Delfín. 

Podéis echar un vistazo en el siguiente link para conocer un poquito más de este tema y la exposición que hubo en el Museo del Prado.



 

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